sábado, 20 de diciembre de 2014

La Niebla

Después de una noche más bien tirando a toledana, una mañana cargada de dar los últimos flecos a varios trabajos, una comida de Navidad en familia, visita a la peque y cena entre hermanos... estoy absolutamente reventada. Y lo que tenía pensado escribir en el día de hoy había tomado la decisión de aplazarlo a mañana o pasado. 

Pero volvía en el coche a casa, despacito, porque apenas se veía a 30 metros, cuando he comprendido que mi vida en estos últimos meses ha estado como la carretera... rodeada de una profunda niebla. Y claro, ya me pongo metafórica. Pero es más fácil entender lo que ocurre cuando utilizamos metáforas (aún recuerdo la del perro mayor y el cachorro que me contaba Carlos en terapia una y otra vez).

Me viene a la mente una película que ví hace unos años en el cine: La Niebla de Sthepen King. Y no entiendo como no llegué a la misma metáfora antes, recordando la película. Porque prácticamente mi vida actualmente se resume en vivir una realidad rodeada de niebla. Una cortina que encierra miedos, inseguridades, angustia y a veces algo de desesperación. Y ahora me pregunto si esa niebla no la habré creado yo misma, si no es una manera de quedarme encerrada en mi 'zona de confort' donde controlo lo que tengo más cerca de mi, y lo que hay un poco más allá se pierde porque no puedo controlarlo. 

Y cada vez estoy más segura de que tras la niebla no hay mas que más y mejor vida. Y cada día me siento más fuerte para conseguir superarlo, dar cuatro pasos adelante y descubrir lo que hay detrás de ese espesor. 

Y como siempre, Benedetti lo expresa mejor que nadie... 

Me cuesta como nunca
nombrar los árboles y las ventanas
y también el futuro y el dolor
el campanario está invisible y mudo
pero si se expresara 
sus tañidos
serían de un fantasma melancólico
la esquina pierde su ángulo filoso
nadie diría que la crueldad existe
la sangre mártir es apenas
una pálida mancha de rencor
cómo cambian las cosas
en la niebla
los voraces no son
más que pobres seguros de sí mismos
los sádicos son colmos de ironía
los soberbios son proas
de algún coraje ajeno
los humildes en cambio no se ven
pero yo sé quién es quién
detrás de ese telón de incertidumbre
sé dónde está el abismo
sé dónde no está dios
sé dónde está la muerte
sé dónde no estás tú
la niebla no es olvido
sino postergación anticipada
ojalá que la espera
no desgaste mis sueños

ojalá que la niebla
no llegue a mis pulmones
y que vos muchachita
emerjas de ella
como un lindo recuerdo
que se convierte en rostro
y yo sepa por fin
que dejas para siempre
la espesura de ese aire maldito
cuando tus ojos encuentren y celebren
mi bienvenida que no tiene pausas




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